Revitalización Barrio Carrús Este Elche - 2006
proyecto
En el caso de Carrús Este confluyen dos actuaciones complementarias y a la vez independientes, la revitalización y remodelación de la ciudad consolidada y la reurbanización de la periferia. Muchas de las decisiones básicas, están y tienen su origen y continuidad en una visión de la ciudad y no solo del barrio.
Para evitar disfunciones, despilfarros y pérdida de oportunidades, se le da un enfoque integrado al plan que exprese tanto la preocupación municipal por combatir el crecimiento del malestar urbano, como la capacidad de la sociedad para corresponsabilizarse en la aplicación de medidas correctivas.
Los problemas de los barrios desfavorecidos no se pueden resolver actuando únicamente sobre ellos mismos. Las actuaciones específicas necesarias en los barrios tienen grandes similitudes con la política urbana o de ciudad, ya que no se trata tanto de adoptar medidas excepcionales como de abordar de forma más efectiva el gobierno de la ciudad (educación, infraestructura, salud, seguridad, bienestar, etc.), teniendo en cuenta los factores de vulnerabilidad y de malestar urbano.
Un área urbana vulnerable no es un barrio desfavorecido. La vulnerabilidad es la predisposición del área a entrar en crisis si no recibe las atenciones adecuadas. Ello establece, ya desde el principio, una gran diferencia entre políticas preventivas sobre áreas urbanas vulnerables y políticas “curativas” sobre barrios desfavorecidos. Y aconseja pensar en la necesidad de disponer de un observatorio que permita conocer el estado de salud de las áreas vulnerables, y cuán alto es su riesgo de que se aceleren los procesos de desfavorecimiento.
Es necesario guiar el desarrollo socioeconómico en las áreas vulnerables, especialmente en los mercados laborales y de vivienda, para garantizar la calidad de los servicios, adecuados a las necesidades locales, y las oportunidades de las actividades económicas.
Las políticas necesarias tienen que reforzar las medidas de educación, empleo, formación, desarrollo local, mejora de las viviendas, medio ambiente urbano, y desarrollo comunitario, encontrando a su vez la manera de llegar a los grupos más vulnerables.
Los programas integrados de barrio que combinen las iniciativas locales con la ayuda exterior, pueden dinamizar políticas sociales y de bienestar que hasta ahora se han estado aplicando con escasos resultados.
La instrumentación de estas estrategias requiere un cambio importante en las relaciones de trabajo entre los agentes que intervienen, para lograr una mejor definición de las responsabilidades, poniendo mayor énfasis en instituciones que se basen en la cooperación y en formas de trabajo asociado. El sector privado debería ser atraído a estas instituciones y animado a desarrollar actividades empresariales. El plan permite instrumentar intervenciones del sector público, la iniciativa privada y la sociedad civil, facilitando la intervención en el mercado inmobiliario para optimizar operaciones sobre suelo de titularidad pública, revitalizando áreas industriales y residenciales.
El diagnóstico local debe ser dinámico y participado, y debe contemplar los problemas y recursos locales, analizar la incidencia de las actuaciones en otros barrios, y comparar las desigualdades en el conjunto de la ciudad.
El ayuntamiento define los objetivos de los programas, la cuantía de los fondos, las áreas elegibles y los criterios de selección de los proyectos que se presenten, pero también establece con los agentes las características de los proyectos, y mantiene la responsabilidad en ellos a lo largo de su ejecución.
Los resultados solo se verán a largo plazo y para ello se ha de mantener una actuación continuada. Al tratarse de políticas de cierta duración, tiene que tener la flexibilidad necesaria para adaptarse a la evolución de las situaciones.
Se deben habilitar los canales de asignación de recursos. La redistribución del gasto municipal tiene que favorecer o al menos ser equitativa, esto supone una reasignación del gasto.
El Plan RICE debe desarrollarse en tres fases que resumen la totalidad de actuaciones y trabajos a desarrollar tal y como se indica en el siguiente esquema:
FASE 1. Acercamiento a la problemática del barrio de Carrús este.
FASE 2. Desarrollo del plan integral.
FASE 3. Proceso de implantación.